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El COVID-19 está conllevando grandes cambios en nuestra rutina que pueden afectar a nuestras relaciones sexuales, ya sea de forma positiva o negativa.

Para algunas personas, la actividad sexual disminuye durante la cuarentena, para aquellos que se aíslan mientras están solteros, porque su vida sexual habitual puede ser demasiado arriesgada, o también aquellos cuyas parejas están lejos o enferman por el virus.

Por otro lado, los que tienen la opción de tener más relaciones sexuales podrían estar llevándola a cabo: los preservativos pueden convertirse en el próximo producto que escasee y algunos especulan que se verá un aumento significativo de partos a partir de los nueve meses del inicio del confinamiento.

Pero lo que en realidad sucede con la mayoría de personas es que no están de humor para pensar en sexo. Muchos afirman que el pánico y la desesperación en general han llevado a la desaparición repentina de la libido. Algunos lo describen como que se sienten poco atractivos y otros prefieren abandonarse y consumir más comida de lo habitual. En una encuesta de unas 9 mil personas de la NBC News, solo el 24% de los encuestados dijeron que el brote del COVID-19 había afectado positivamente a su actividad sexual. El 28% fueron neutrales y el 47% afirmó que la pandemia había afectado negativamente a su vida sexual.

Los investigadores y terapeutas sexuales reconocen que las personas realmente pueden ir en cualquier dirección. A pesar de todo, gracias a la evidencia de numerosas investigaciones psicológicas se sabe que dos personas pueden responder a la misma situación de maneras muy distintas y que los factores que aumentan el deseo sexual en algunos pueden reducirlo en otros.

Lee a continuación para entender por qué el confinamiento afecta negativamente a la actividad sexual en la mayoría de personas y qué consejos debes seguir para tratar de evitar la pérdida de la libido durante los días de cuarentena.

Actividad sexual en periodos de estrés

Hay muchas personas que cuando se estresan, el sexo es en lo último lo que piensan. Entre preocuparte por tus padres mayores, descubrir cómo hacer ejercicio en casa y manejar una nueva rutina, las relaciones sexuales pasan a un segundo plano y el primer objetivo es ver cómo sobrevivir. Paralelamente, el estrés y la ansiedad derivados de las numerosas preocupaciones que se suman en nuestra mente, afectan negativamente a las relaciones sexuales.

Todo se reduce a un delicado acto de equilibrio: el deseo sexual de una persona necesita la ansiedad, tensión o incertidumbre suficiente para activarse, pero una dosis elevada puede hacer que la persona se sienta abrumada, inundada y su deseo sexual puede verse negativamente afectado.

Uno de los pocos estudios que se ha realizado sobre la relación entre el trauma y la libido, analizó el efecto de un terremoto masivo en una región China, y cómo afectó sobre la salud reproductiva de 170 mujeres locales. Los investigadores encontraron una marcada disminución en la satisfacción de las mujeres con su vida sexual: antes del terremoto, el 55% de las mujeres encuestadas afirmaron estar satisfechas, cayendo al 21% tras el acontecimiento. También tuvieron menos relaciones sexuales: antes del terremoto, todas las mujeres encuestadas afirmaron estar manteniendo relaciones sexuales al menos una vez por semana, y en la semana inmediatamente posterior, el 89% confesó que no habían tenido relaciones sexuales en absoluto. Incluso un mes más tarde, el 32% seguía afirmando que todavía no había tenido relaciones sexuales.

La caída de la economía también afecta negativamente a la vida sexual

La crisis económica que está al acecho es igualmente una mala noticia para la vida sexual de las personas. Durante los años de prosperidad, las tasas de natalidad se disparan, en cambio, ¿quién se arriesga a tener otro hijo cuando apenas puede pagar los gastos que tiene? Aunque la tasa de natalidad no es una medida perfecta de cuánto sexo tienen las personas, es uno de los mejores indicadores ampliamente disponibles.

Importancia de las relaciones sexuales en el periodo de confinamiento

Mantener relaciones sexuales es una práctica recomendada por numerosos expertos para afrontar con mayor garantía de salud la emergencia sanitaria del COVID-19.

Por un lado, de acuerdo con un estudio realizado en la Universidad de Indiana, el sexo refuerza el sistema inmunitario, ya sea compartido o en solitario.

Por otro lado, cuando se experimenta un orgasmo o se mantiene un vínculo sexual placentero y gratificante, nuestro organismo libera un neurotransmisor especialmente importante para la función motora del cuerpo: la dopamina. A su vez, esta sustancia es la responsable de la producción de una hormona llamada oxitocina, considerada como la hormona del amor o de la felicidad. Por tanto, si el sexo es estimulante, nos sentimos más felices y en consecuencia somos menos vulnerables a contagiarnos de enfermedades víricas o bacteriológicas porque nuestro sistema inmunológico está más fuerte.

Además, la práctica sexual, en cada una de sus formas y modalidades, promueve el bienestar psicológico y emocional y estimula el equilibrio personal a todos los niveles.

Consejos para aumentar la libido en el periodo de confinamiento

Manejar la ansiedad, dormir adecuadamente, mantener una dieta nutritiva y hacer ejercicio regularmente son algunas de las recomendaciones que señalan los expertos para aumentar la libido. Además, mantener una buena actividad sexual también facilita que se lleven a cabo estas recomendaciones.

Sin embargo, en periodos de estrés como el que estamos sufriendo con la alerta sanitaria por el COVID-19 es complicado focalizarse solamente en mejorar la libido y estimular el deseo sexual. Por ello, te recomendamos los comprimidos POWER SEX de Q77+, unos complementos dietéticos que actúan para promover la libido y optimizar el rendimiento sexual, contribuyendo a la estimulación de las zonas erógenas, aumentando la potencia sexual y prolongando las relaciones sexuales.

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