Ingredientes: Hydrolyzed hyaluronic acid, Sh-oligopeptide-1
Ácido hialurónico
El ácido hialurónico que contienen los parches FACTOR SKIN 53 es un componente natural de la piel que tiene un peso molecular muy bajo, lo que le confiere una gran capacidad de penetración en la piel. Al ser una sustancia muy higroscópica, actúa reteniendo las moléculas de agua en la dermis, aumentando la hidratación, la flexibilidad, el grosor de la piel y aislándola y rellenando las arrugas desde el interior. La barrera protectora que forma sobre la piel bloquea la humedad, y es lo que le da un aspecto activo y juvenil a nuestro rostro.
Debido que a partir de los 30 años, la producción natural de ácido hialurónico empieza a disminuir en nuestro organismo, se provoca una pérdida de la hidratación cutánea, la causa directa de los tres principales enemigos de la tersura facial: la sequedad, la flacidez y las temidas arrugas y líneas de expresión. Gracias al bajo peso molecular de este extraordinario componente, es posible atravesar los poros de la piel, por lo que consigue llegar hasta la matriz extra-celular y contribuir al relleno de arrugas, a una hidratación más duradera y a estimular que nuestro propio cuerpo genere más ácido hialurónico. Este tipo de ácido es, por tanto, indispensable para el alisado de arrugas y para combatir la flacidez de la piel.

Muchas son las propiedades que se le atribuyen desde que fue descubierto por Karl Meyer en el 1934:
- Hidratación. Una de las funciones principales reside en la retención del agua, gracias a que puede inmovilizarla. Así las células consiguen mantener su turgencia y elasticidad.
- Antienvejecimiento. El ácido hialurónico participa activamente en dos procesos vitales de una célula: la división y la proliferación. La renovación celular es un suceso esencial en el envejecimiento.
- Potencial regenerador. La regeneración de la piel va acompañada de dicha proliferación celular.
- Contribuye en la eliminación de radicales libres, mejorando el estado de la piel y protegiéndola frente a los rayos ultravioletas del sol. Del mismo modo, también ayuda a mantener el material genético (ADN y ARN) protegido de las mutaciones causadas por estas radiaciones.
EFG (Factor de crecimiento epidérmico)
El Factor de Crecimiento Epidérmico, conocido por sus siglas en inglés EGF (Epidermal Growth Factor), es una proteína natural presente en el plasma del cuerpo humano, tanto en la piel como en el resto de células del cuerpo, y tiene la capacidad de regular el ciclo celular, desde el desarrollo de células y la renovación celular hasta la supervivencia celular.
Fue descubierto en los años ochenta y puede considerarse como una de las innovaciones más importantes del arsenal terapéutico en los últimos años. Tras su descubrimiento, que fue premiado con el Nobel de Medicina en el año 1986, se tardó mucho tiempo en comprender los mecanismos de acción de este factor sintetizado por los propios seres humanos y por otros mamíferos. Finalmente, el amplio conocimiento sobre los mecanismos de acción y la disponibilidad terapéutica de esta molécula ha sido producto de los más avanzados procedimientos y esfuerzos de la biotecnología; las utilidades del EGF en la práctica clínica disfrutan cada vez más de una mayor evidencia científica en diversos campos, tanto para el mantenimiento como para la mejora de la salud.

El EGF, es un componente de un complejo de elevado peso molecular, el cual está formado por dos moléculas de proteína fijadora y dos moléculas del citado factor, cada una de las cuales corresponde a una cadena polipeptídica de 53 aminoácidos, de donde surge el nombre del revolucionario FACTOR SKIN 53. En cuanto a la piel, este factor de crecimiento interviene en su proceso de curación, estimula la reparación, el crecimiento y la diferenciación de las nuevas células sanas epiteliales. De ahí que se utilice en el tratamiento para el envejecimiento cutáneo.
Mientras la piel es joven, se producen suficientes activadores celulares para mantener la apariencia saludable de la piel. Sin embargo, debido al proceso de envejecimiento, la elasticidad y firmeza propias de la piel joven se ven disminuidas, por lo que resulta necesario reestablecer los niveles de colágeno y elastina para devolverle a nuestro rostro estas propiedades. El EGF es un péptido que promueve el crecimiento, la proliferación, la diferenciación y la supervivencia celulares a través del ligando con su receptor (EGFR), presente en la superficie celular. Este activador celular tiene una importante función en el mantenimiento y proceso de renovación de cada célula: cuando se une a su específico receptor, éste envía un mensaje a través de una compleja cascada de señales al núcleo celular. En el núcleo, el mensaje es traducido a las diferentes actividades celulares como la producción proteica y el incremento de la actividad genética y división celular, lo que resulta en un aumento y estimulación de la producción de elastina y colágeno.

Esta sustancia natural participa en el rejuvenecimiento de la piel en varios niveles tales como la estimulación del crecimiento de los queratinocitos, las células más predominantes en la epidermis, fibroblastos dérmicos, las células responsables de la producción de colágeno, y otras células con disminución de la capacidad prolífica debido al envejecimiento. El EGF repara y reduce las arrugas, líneas de expresión y la flacidez facial: es un péptido muy efectivo que mantiene la piel joven y saludable.
Los beneficios que aporta comparado con otros tratamientos reparadores y antiedad son los siguientes:
- Incrementa la proliferación de células epidérmicas.
- Disminuye las arrugas y líneas de expresión.
- Mejora la cicatrización.
- Incrementa la producción de colágeno y elastina.
- Aumenta la generación de ácido hialurónico.
- Aumenta la generación de fibronectina, laminina y glicosaminoglicanos, componentes esenciales de la piel.
- Estimula el crecimiento de fibroblastos responsables de la producción de colágeno.
- Inhibe y previene la rotura celular.