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Hábitos dañinos para piel.

Algunos hábitos que seguimos de forma rutinaria pueden dañar nuestra piel, envejecerla prematuramente y hacer que luzca poco saludable. Ahora podrás reconocer si tienes alguno de ellos para que puedas corregirlo cuanto antes:

Poca hidratación: la hidratación es fundamental. Todos los tipos de piel necesitan ser hidratados con una crema adecuada. La falta de hidratación puede provocar el envejecimiento prematuro y esas arruguitas o patas de gallo que tanto nos desagradan.

No es recomendable pasar muchas horas en el aire acondicionado, ya que la humedad de la piel también depende del ambiente y el aire acondicionado, al eliminar la humedad, reseca nuestra piel. Mejor apagar el aire acondicionado a ratos y dormir a la temperatura adecuada.

Es importante que consumamos de litro y medio a dos litros de líquido al día. Preferiblemente agua. La piel lo agradecerá mucho y notarás enseguida como luce más tersa e hidratada.

Desórdenes alimentarios: una alimentación poco saludable también contribuye a resecar la piel. Saltarse comidas o comer de forma irregular no es beneficioso. El exceso de café es enemigo de la humedad cutánea. Es recomendable, además de ingerir la cantidad de líquido adecuada, añadir algunos cítricos a nuestra dieta, ya que la vitamina C es estupenda para la regeneración y la hidratación celular. También limitaremos la ingesta de sodio. La sal, además de favorecer la retención de líquidos y las enfermedades cardiovasculares, reseca nuestra piel.

Excederse en las dietas o cambiar frecuentemente de peso afecta la elasticidad de la piel. El azúcar en exceso afecta la producción de colágeno, que mantiene la piel tersa y rozagante.

Dormir con maquillaje: el maquillaje que no retiramos antes de dormir se queda en la piel durante la noche y obstruye los poros. Esto puede provocar una infección bacteriana y hasta un brote de acné. Antes de ir a la cama recuerda retirar el maquillaje utilizando un desmaquillante adecuado. Podrás elegir entre crema, leche o base acuosa.

Apretarse las espinillas: hacer explotar o tocar los granitos de acné solo empeora las cosas. Al abrir una herida en la piel, se puede infectar. Paciencia y cremas, pero nada de usar los dedos.

Elegir los productos de belleza: no todas las pieles reaccionan igual a las cremas, lociones y maquillaje. Las más sensibles pueden tener inclusive reacciones alérgicas. Antes de probar una nueva crema o cualquier otro producto, lo ideal es hacerlo en una parte pequeña de la piel, en lo posible lejos de la cara (por ejemplo, en el brazo).

Dormir poco o mal: dormir lo suficiente es muy importante, ya que la piel se regenera durante el sueño. Cuando no dormimos el tiempo suficiente no le proporcionamos a la piel el descanso adecuado. Es importante tener en cuenta que durante el sueño la piel se regenera y muchas células muertas quedan atrapadas en la funda de la almohada, si no se cambia con frecuencia puede ser un nido de bacterias.

El cloro de la piscina: será imprescindible la ducha después de la piscina. El cloro puede quedar en la piel e interactuar luego con lociones o bronceadores, provocando una reacción. La solución es bañarse utilizando mucho jabón, para asegurarse de que no quede rastro del cloro.

Depilación: está claro que todas necesitamos depilarnos para lucir espléndidas, pero la cera caliente aumenta la sensibilidad de la piel y provoca irritación. Si vemos algunos síntomas es mejor interrumpir la depilación por un mes, en especial de las zonas más sensibles. La depilación de la cejas, con pinzas y con mucha frecuencia también puede lastimar la piel.

Usar demasiado el teléfono móvil: aunque no lo parezca, el uso prolongado del móvil es un peligro para la piel. Está lleno de bacterias que se ponen en contacto directo con la cara. Si lo utilizas con mucha frecuencia para hablar, mejor que lo desinfectes de vez en cuando con algún gel bactericida.

No cuidar toda la piel: los brazos son menos sensibles que la cara, pero en ocasiones están expuestos al sol, igual que el rostro. Para damas al volante, ideal usar protector solar en el brazo izquierdo para evitar el clásico "bronceado de camionero", que no solo es poco estético, también puede generar enfermedades en la piel.

Sedentarismo: nada mejor que sudar para liberar toxinas. El ejercicio regular mejora la circulación sanguínea y purifica el organismo. Así que a sacudirse los hábitos sedentarios y que las impurezas de la piel se queden en el gimnasio.

 

 

 

 

 

 

 

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