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La piel es verdaderamente asombrosa en su complejidad y en las múltiples funciones que desempeña en nuestro cuerpo. Como el mayor órgano del cuerpo humano, actúa como una barrera protectora contra una amplia gama de elementos que podrían representar un riesgo para nuestra salud, incluyendo factores mecánicos, térmicos, físicos y químicos. Además de esta función defensiva, la piel también desempeña un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio de fluidos corporales. Por eso, es tan importante el cuidado de la piel, ya que también ayuda a prevenir la pérdida excesiva de agua. Asimismo, es fundamental en la producción de vitamina D a través de la exposición al sol, contribuyendo así a la salud ósea y al funcionamiento adecuado del sistema inmunológico. Otro aspecto destacado es su participación en la regulación de la temperatura corporal. A través de la transpiración y la dilatación o contracción de los vasos sanguíneos, la piel colabora activamente en mantenernos dentro de un rango de temperatura óptimo para el funcionamiento adecuado del organismo.
Dada la importancia fundamental de la piel para nuestra salud y bienestar general, es crucial brindarle el cuidado de la piel adecuado para mantener su funcionalidad a lo largo del tiempo. Protegerla de los factores que pueden deteriorar su estado es esencial para garantizar su salud a largo plazo.
5 enemigos de una piel sana
Una dieta pobre en antioxidantes
La respuesta de tu piel a la radiación solar y la contaminación varía dependiendo de tu alimentación. Si consumes frutas y verduras ricas en antioxidantes, tu piel reaccionará de manera distinta en comparación con una dieta alta en grasas, carne y azúcar. La nutrición puede ser responsable de hasta un 30% de las arrugas que presentamos. Por eso, es importante para el cuidado de la piel, consumir un desayuno rico en antioxidantes, como la vitamina C y E, puede proteger la piel de los efectos dañinos del sol, ya que los mecanismos naturales de defensa de la piel estarán mejor preparados para protegerla.
Azúcares refinados
El proceso de glicación es un fenómeno bioquímico que resulta del exceso de azúcares refinados en la dieta y su impacto en el cuidado de la piel es significativo. La glicación ocurre cuando las moléculas de glucosa se unen a las proteínas presentes en el cuerpo, como el colágeno y la elastina, formando compuestos llamados productos finales de glicación avanzada (AGEs, por sus siglas en inglés). Estos AGEs alteran la estructura y función de las proteínas, incluyendo aquellas responsables de mantener la piel firme, elástica y con aspecto juvenil. Al adherirse a las fibras de colágeno y elastina, los AGEs contribuyen a la rigidez y pérdida de flexibilidad de la piel, lo que a su vez puede dar lugar a la formación de arrugas prematuras y líneas de expresión más pronunciadas.
Por lo tanto, es crucial prestar atención a nuestra alimentación para evitar el exceso de azúcares refinados y grasas saturadas, optando por una dieta rica en alimentos frescos, integrales y nutritivos que proporcionen los nutrientes necesarios para mantener una piel sana y radiante.
Los cosméticos que contienen químicos sintéticos
Los cosméticos con parabenos, ftalatos y triclosán pueden dañar la piel debido a su potencial para causar desequilibrios hormonales, irritaciones cutáneas y generar resistencia bacteriana. Es importante considerar productos libres de estas sustancias para cuidar la salud de la piel a largo plazo. En Q77 + tenemos varios productos como el Factor Skin 53 - Instantflash que a diferencia de otras cremas para contorno de ojos, Instantflash tiene una textura ligera que se absorbe rápidamente y no resulta nada pegajosa. Además, al estar formulada con un PH neutro, no provoca ningún tipo de irritación en los ojos ni en la piel. No contiene ni sulfatos ni parabenos.
El tabaco
El tabaco es, sin duda, uno de los grandes enemigos de la piel. Fumar no solo afecta gravemente la salud interna, sino que también tiene un impacto significativo en la apariencia y el estado de nuestra piel. El humo del tabaco contiene más de 4,000 sustancias químicas, muchas de las cuales son nocivas para la piel. Una de las maneras en que el tabaco perjudica la piel es reduciendo el flujo sanguíneo hacia ella. La nicotina presente en el tabaco provoca estrechamiento de los vasos sanguíneos, lo que disminuye la cantidad de oxígeno y nutrientes que llegan a las células cutáneas. Esta reducción en el suministro sanguíneo puede provocar un aspecto apagado, opaco y carente de vitalidad en la piel.
Además, la exposición al humo del tabaco puede causar estrés oxidativo en la piel, lo que contribuye a la formación de radicales libres y al deterioro del colágeno y la elastina, las proteínas responsables de mantener la piel firme y elástica. Como resultado, los fumadores suelen presentar arrugas prematuras, líneas de expresión más pronunciadas y una menor capacidad de regeneración de la piel.
La radiación solar
La exposición al sol es un factor crucial en el entorno externo que puede afectar la salud de la piel. Estudios demuestran que las personas que no usan protección solar pueden experimentar un envejecimiento cutáneo hasta un 25% más rápido que aquellas que se protegen. Esto se debe a que la radiación solar y la luz en general alteran la composición de lípidos de la piel y promueven la pigmentación. Se aconseja el uso de protectores solares de amplio espectro, ya que la luz y sus diversas longitudes de onda pueden penetrar en la piel y afectar a diferentes niveles.
En conclusión, la piel es un órgano asombroso que desempeña múltiples funciones vitales para nuestro cuerpo. Dado su papel fundamental en nuestra salud y bienestar general, es crucial brindarle el cuidado adecuado para mantener su funcionalidad a lo largo del tiempo y protegerla de factores que puedan deteriorar su estado.